Tango de Vallecas en fin de año

Noche de fin de año. En mi barrio se oyen petardos y la calle está llena de gente celebrando que el año ha pasado. Se oye bullicio, la calle brilla como si fuera pleno día. Desde la ventana se ve todo como una película, si se tiene un poco de imaginación hasta uno se puede imaginar que está viendo la tele cuando presenciamos las tremendas escenas de la Guerra del Golfo. Sea como sea no me arrepiento demasiado de estar en casa. A pesar de que la televisión no ofrece nada nuevo, uno se siente bien de estar acogidito y sin sensación de peligro.

Hoy la gente está de fiesta, bailan, se emborrachan, pierden el sentido del espacio tiempo con el propósito de olvidar lo malo del 2007. Por otro lado estoy tremendamente segura de que estos pedos son un "formateo necesario" para el organismo. Al cerebro no le vienen mal estas cosas y eso es una evidencia.

Barrio de Vallekas en la noche de fin de año, te me tornas como antaño. La hipocresía arquitectónica que se te ha impuesto de unos años a esta parte, no puede con tu carisma y con tu fuerza. Te vuelves un rebelde, un antitodo. Te revuelcas como una bestia que se niega a cambiar, la gente te hace grande, a pesar de tus kilometros hueles a pueblo, a gentío, a vecindad amena y siempre dispuesta a ayudar. Tu mediana independencia con respecto a lo que te rodea te hace genuino y genial. En tus entrañas gritas, te revuelves, ejerces fuerzas que hacen que todo se tiña de energía. Aún me atrevo a decir algo más si hay algo que te caracteriza es la diversidad de la gente que te puebla que es lo que te vuelve mundial. Heterogeneo Vallekas no cambies nunca. El que te vive sabe de lo que hablo, el que te conoce te quiere irremediablemente.

Fin de año en Vallekas, la magia existe y no la ejecutan los magos, la ejecuta VALLEKAS